21/4/24

 Algo interesante de estar estudiando sánscrito es que para una gran parte de la cultura védica antigua es una lengua sagrada, eterna. Si los Vedas son textos revelados, es decir, que no fueron escritos por ningún ser humano, son textos eternos, estuvieron siempre. 

Entonces si los Vedas son textos sagrados, el sánscrito debe ser una lengua sagrada. Los mimamsa sostienen, por ejemplo, que existe una firme relación entre la palabra sánscrita y su objeto (presupuesto que la lingüística moderna de Saussure destierra por completo y por eso los lingüistas no son filósofos ni se hacen estas preguntas).

Pero lo cierto es que el sánscrito tiene una gramática increíblemente rica y muy bien descripta. La gramática de Panini es una de las gramáticas más antiguas y fue escrita bajo esta creencia, de que el sánscrito es una lengua revelada. Si los Vedas son eternos, la lengua sanscrita también debía ser eterna y por ende debía ser estudiada. Estudiar sánscrito se constituyó un modo de acercarse a la fuente divina. Cuando Occidente descubre la gramática de Panini no puede creerlo. Y de hecho, la lingüística comparada tan cientificista y positivista que tuvo tanto auge en el siglo XIX y principios del XX le debe muchísimo a esta gramática de Panini.

Nada, eso, que a mi descubrir las relaciones de estas cosas me emociona. 

Qué se yo. 

20/4/24

 "Los viejos se van muriendo y nosotros nos vamos arrimando". Fue el pensamiento que tuve durante el velorio de una tía de Nico. 

Es tan extraño y anacrónico lo que sucede en los velorios, esas salas feas que se quedaron en el tiempo con paredes decoradas de piedra, machimbre y melamina. Todo color marrón o negro. La otra sala, donde descansa el cuerpo está completamente azulejada y nunca falta un Jesús en la cruz. Nada es agradable allí y, sin embargo, sucede algo curioso. Entre toda esa fealdad están los abrazos, los besos, las lágrimas que limpian, los recordatorios, las anécdotas. Unos se presentan, otros se miran tratando de reconocerse en el tiempo. El muerto une a los que hace mucho que no se ven y se recuerdan. Había un lazo allí que se fue perdiendo. Y entonces surge esta idea de volver a vernos en otro sitio que no sea ese, en otro encuentro que no sea el del muerto. Pero ya está, es allí. Es por el muerto que estamos allí. Y sabemos en el fondo que no vamos a encontrarnos en otro lugar y está bien, no importa porque cada uno tiene su vida. 

13/4/24

 Ayer durante la clase practicamos las ondulaciones de la columna que estoy estudiando con Diego en Qi gong. Las asanas sirvieron como una oportunidad para sentir los movimientos del Qi (prana o energía vital). ¿Qué sucede si flexiono las rodillas y borro la curvatura de las lumbares y visualizo que hundo el sacro en la tierra? ¿Qué sucede cuando abro los brazos y hago un pequeño gesto con los dedos de las manos y empujo los pulgares hacia atrás abriendo bien las palmas? 

-Acá atrás (se refería a sus omóplatos) están pasando un montón de cosas- me dijo una estudiante. 

Me quedo con las devoluciones hermosas que me hicieron al final de la clase. La energía danzada es la más poderosa de todas. Quien se anima a danzar la energía se establece en su ser. 

11/4/24

curvo

 Se avecina el otoño, otra vez el aire vuelve a cambiar. Siento mis manos cansadas como hojas de un árbol que quieren caer. Se habla tanto de curación pero no de respetar los propios ciclos. Llego a asquearme de mi misma porque no encuentro vocabulario para hablar de lo que hago. De todos modos, no es realmente importante. Qué estructura tan noble el lenguaje. 

Hoy me espera caminar el horizonte de esta ciudad. Guardo las uñas para después. Voy a necesitar ese filo. Pero hoy voy a caminar un buen rato. Los pensamientos viejos para deslizarse necesitan movimiento del afuera, con el afuera. Redondo adentro, redondo afuera. Suavizar todo lo que se pueda. El universo es curvo.

Es todo lo que me interesa hoy. 

10/4/24

 Ayer a la noche me quedé hasta tarde dibujando las guturales sordas, sonoras y nasales del sánscrito en devanagari (me encantaría tener el teclado que permite distinguir las vocales largas y breves de sánscrito pero no sé bien cómo, tengo que preguntar). Luego pude transliterar algunas palabras. Ya sé cómo se escribe el río Ganjes y me dio mucha alegría. 

Es muy extraño lo que sucede en el cerebro cuando se aprende un idioma nuevo. Pero cuando además se aprende un alfabeto nuevo con reglas tan distintas del alfabeto latino (que es el usamos nosotros) el cerebro entra en otra sintonía. Me recuerda en parte a cuando estudiaba griego antiguo que también tiene un alfabeto distinto. Era como entrar en otra dimensión. Una parte de mi mente se apagaba y otra parte de mi mente se encendía. 

Ahora también me pasa. Sigo con mi método de repetir y repetir hasta que me salga. Al principio las letras me salían con manchones. Intenté hacerlo más elegante. Busqué entre mis cartucheras mis viejas lapiceras de tinta. Tuve que limpiarlas porque del poco uso se había secado la tinta y no corría. Qué placer sentir el trazo suave de la tinta deslizarse sobre el papel. Como cuando respiramos en un asana determinada y es agradable estar ahí, quedarse allí un rato, observando. 

Escribir con el cuerpo, con la mente, con la mano y el corazón.  


8/4/24

Leo Diario de la dispersión y me da mucha tristeza que Rosario se haya muerto. Al mismo tiempo me da ternura que haya intentado en los meses previos a su muerte escribir un libro sobre su "método" creativo. Que la dispersión sea un modo de crear me parece una idea innovadora. Especialmente porque rompe con una suerte de exigencia de concentración o foco que el discurso poderoso promueve. Al mismo tiempo la dispersión que ella promueve es una especie de foco en movimiento. El foco está en todas esas experiencias y prácticas creativas que ella va narrando a lo largo de su diario. En realidad pareciera que el foco está puesto en lo creativo, en el acto de crear como algo en sí mismo pero que implica atravesar muchas acciones como mirar, escuchar, leer, diseñar, escribir, tocar un instrumento, estudiar algo, pintar, tejer, coser... y en el centro de todo eso... el amor.

7/4/24

Me propuse aprender de una buena vez los estiramientos de Qi Gong para los 12 meridianos. Los aprendí hace mucho con Diego pero nunca los supe bien de memoria. Me gustaría poder dominarlos para no tener que pensar cómo los hago. Hacía mucho que no practicaba Qi Gong. Vengo con unos dolores en las articulaciones y siento que la práctica de asanas no está ayudando para nada. El Qi Gong tiene unas ondulaciones que no hay con qué darle, son hermosas y ayuda a que todo se vuelva redondo. La energía no va por líneas rectas. No hay aristas en los meridianos. Redondo adentro, redondo afuera, marcaba Diego en las clases.

Tengo unos videos de las clases que tomé durante la pandemia. Así que los puse y empecé a practicar. Me propuse un método. Practico con la voz del video un par de meridianos y luego paro el video y vuelvo a practicar ese mismo par sola, con mi respiración, sintiendo. Luego continúo con otro par. Paro el video y practico el primer par que ya había practicado antes y le añado el nuevo. Hoy llegué hasta el cuarto par de meridianos (V-R). Me faltan dos pares más para completar pero hoy no me da más el cuerpo ni la mente. Es una serie larga e intensa. Fue muy lindo conectar con mis meridianos desde el Qi Gong. Sentir la energía fluir adentro y afuera. Llenar, vaciar, mezclar.